El conocimiento se ha convertido en un recurso crítico para la competitividad. Como tal, para las organizaciones es fundamental saber cómo fomentar los comportamientos basados en el conocimiento entre sus empleados. El liderazgo es una alternativa ampliamente conocida. Ahora bien, entre las herramientas de liderazgo disponibles, ¿qué papel tiene el humor en dichos comportamientos?
Para dar respuesta a esta pregunta, este estudio analiza si el uso del humor por parte de líderes y supervisores afecta a los comportamientos relacionados con el conocimiento, concretamente su compartición (knowledge sharing) y ocultamiento (knowledge hiding), entre los empleados. Para ello, se ha tomado como base el modelo de Martin et al. (2003), que identifica cuatro estilos de humor diferentes según si es positivo o negativo, y si se dirige a otras personas o hacia uno mismo.
Los resultados muestran que el humor afiliativo (positivo y dirigido a otros) fomenta la compartición de conocimiento, mientras que el humor autodestructivo (negativo y dirigido hacia uno mismo) lo desalienta. Asimismo, el humor agresivo (negativo y dirigido hacia otros) fomenta el ocultamiento de conocimiento. De estos resultados se desprende que los supervisores, más que promover estilos de humor positivo (que, en algunos casos, se podría percibir como forzado), deberían evitar usar las formas negativas de humor. Es decir, evitar reírse de otros, utilizar el sarcasmo o demostrar hostilidad, así como evitar la autocrítica destructiva, es más efectivo que simplemente contar chistes o historias divertidas.
Este estudio, realizado por los compañeros Pablo Zoghbi y Laura Romero en colaboración con la profesora Upasna A. Agarwal, del IIM Mumbai (India), ha sido publicado en Asia-Pacific Journal of Business Administration. Pueden leerlo aquí: https://doi.org/10.1108/APJBA-05-2024-0308.